Praemortis. La creación de un universo.

ha sorprendido ver que nunca he detallado este proceso, aunque sí me ocupé en dar ciertos detalles sobre qué personas me habían inspirado para dar vida a los personajes.
El Golem, por Iris Zaragoza

Tengo que admitir que la idea de Praemortis me llegó como muchas otras: por sorpresa. Apareció en mi cabeza más o menos en 2005, cuando paseaba. No fue ni por asomo la versión completa de todo el universo que se formaría después, sino algo más abstracto, un concepto: ¿cómo seria un universo en el que todo el mundo conociera qué le depara la muerte? Nada más. 

La dejé apuntada en la libreta y continué mi camino, pero poco a poco la idea fue germinando en mi cabeza. A finales de 2006 escribí un relato muy corto en el que ya aparecía la idea del otro mundo y un personaje: Iván. Podéis leerlo en este enlace. Es un relato que todavía evidencia una idea en pañales, pero fue el primero. A partir de entonces, el universo de Praemortis cobraba forma.

Poco a poco comencé a recibir influencias que encajaban bien con la idea que deseaba crear (aviso de spoiler): 
Un inquisidor
Del juego de rol Mutant Chronicles
  • las películas de Blade Runner o Seven me ayudaron a imaginar la ciudad de Pináculo. 
  • Mi gusto por los años veinte y por las novelas de Lovecraft crearon la estética Art decó y al Haiyim. 
  • El juego de rol Mutant Chronicles se encargó de influenciarme para la creación de los confesores y a dar forma a la corporación de Pináculo 
  • La forma en la que uno se inocula el Néctar recuerda mucho al la droga nuke, que aparece en Robocop 2
  • La serie televisiva Yo Claudio me ayudó a crear la red de conjuras en la cúpula de la Corporación y a elaborar la personalidad paranoica de Robert Veldecker.
  • Mis clases en la universidad me descubrieron las historias de creación del mundo mesopotámica, persa o egipcia. En ellas se describen siempre un caos de aguas llamado Apsus o Apsu.  En ocasiones, la tierra se sostiene sobre estas aguas gracias a enormes pilares. 
Estas son algunas de las ideas, pero muchas otras no sé de dónde surgen. Son, tal vez, fruto del subconsciente, y de experiencias que no soy capaz de determinar. 

Con el universo cada vez más elaborado escribí, en 2006, un relato de veinte páginas, que en 2007 amplié a 30. Por aquel entonces ya había sido publicada mi primera novela, Peones ciegos, y comenzaba a escribir la segunda: La vidriera carmesí, de modo que dejé el universo de Praemortis aparcado. En este relato de treinta páginas ya aparecen personajes como Iván, Lügner y Stark. También aparecen Robert Veldecker y Geri, aunque con otros nombres. Nadie ha llegado a verlo nunca, porque es demasiado largo para publicarlo aquí; no obstante, dejo un pequeño extracto seleccionado al azar (no cambio ni una coma de como quedó en la última revisión, en abril de 2007). Es un trozo del principio:

***

La droga Nuke
de Robocop II
"El fulgor del amanecer penetró a través de las nubes, acariciando con rojizos dedos la ciudad. La maquinaria de la megacorporación no se había puesto todavía en funcionamiento. Pronto, sus trabajadores andarían de un lado a otro como afanosas hormigas, pero de momento, la ciudad seguía durmiendo. El edificio de Praemortis se erigía en el centro de la ciudad como un coloso. Con sus doscientos ochenta metros de altura, miraba con desdén a todos los edificios cercanos. En su interior, dentro de las habitaciones y despachos, a través de la intrincada maraña de pasillos que lo recorrían, reinaba un silencio absoluto, junto a las últimas horas de oscuridad que pugnaban con las primeras del alba, ofreciendo una variada escala de grises.
En mitad de la penumbra, dentro de uno de los quirófanos de resurrección iluminados por las luces de emergencia, unas voces susurraban cada vez con más fuerza.
-¡Shhssst¡ ¡No alces la voz! Alertarás a la guardia.
-Hazlo, Lügner. Ya no hay vuelta atrás.
-Todavía podemos regresar a las habitaciones. La jornada no comienza hasta dentro de una hora.
            Lügner, apenas una silueta en la oscuridad, dio media vuelta para marcharse, pero su compañero le agarró del brazo.
-Te lo suplico. No aguanto más esta tortura.
            De espaldas a su interlocutor, Lügner siguió hablando, en tono suplicante.
-Tienes casi los veintiuno, Iván. Pronto todo esto será legal.
-No puedo pagar el dinero para el cambio de torbellino, y lo sabes, Lügner. Nunca lograré reunir tanta cantidad. Necesito saberlo ahora.
-¿Y de qué te serviría conocer la verdad ahora? Además, eres una buena persona. Seguro que caes en el torbellino bueno.
            Lügner intentó soltarse, pero Iván le tiró tan fuerte del brazo que le atrajo hacia sí. Ambos quedaron mirándose a escasos centímetros de distancia.
-Lügner, ¿Conoces a alguien que haya caído en el torbellino bueno sin pagar? Tengo que verlo con mis propios ojos. Tengo que ver hasta dónde es verdad todo lo que dicen quienes ya lo han vivido. Tengo que saber por qué mi padre se ha roto dos costillas a causa del sobreesfuerzo en el trabajo. Lügner, inyéctame el praemortis, o lo haré yo.

***

Os suena la historia, ¿verdad? Cada vez tenía las ideas más claras, pero sabía que aún quedaba más elaboración. Por otro lado, buena parte de los personajes de Praemortis comenzaban a diferenciarse por tener nombres parlantes; es decir, nombres que significaban en sí mismos algo que les definía. Algunos ejemplos:

  • Haiyim - Deformación de la palabra hebrea hayim, que significa "vida". La deformación de esta palabra me sugirió algo corrupto.
  • Raquildis - significa "consejero"
  • Leandra - Del griego Leo (león) y Andros (hombre). Es, por decirlo de algún modo, la versión femenina del "hombre - león".
  • Garuda - significa "rey de los pájaros"
  • Aadil - significa "justicia".
  • El apellido Dagman significa "robusto"
  • Vienna - significa "elegida"
  • El apellido Veldecker procede de un oficial alemán de la Segunda Guerra Mundial. No recuerdo quién.
  • Caeley - significa "delgado"
Con los personajes en mi cabeza, la idea de lo que deseaba escribir fue poco a poco formándose, hasta que, al fin tuve algo consistente. Comencé a escribir el diario de Frederick Veldecker el 19 de marzo de 2008 y lo terminé justo un mes después. Pensaba que la novela se iniciaría con él, pero después preferí incluirlos por partes al inicio de cada capítulo, al estilo de como se mostraba la Enclopedia Galáctica en las novelas de Isaac Asimov.
De este modo, y con las notas de Frederick terminadas, comencé a escribir el primer capítulo de Praemortis I. Dioses de carne el 17 de julio de 2008. No todas las notas del diario de Frederick fueron incluidas, aunque sí la mayoría. Aquí hay una que no aparece en la novela:

*** 

Invierto demasiado tiempo en la investigación; hasta rayar la obsesión. Día y noche me dedico a mezclar y potenciar los compuestos, a leer su código genético en busca de una respuesta definitiva. Admito con cierta vergüenza haber abandonado mi higiene y mi relación con el mundo exterior. Me he entregado por completo en busca de la cura; últimamente incluso temo incluso por mi salud mental, pues no duermo lo que debería  ni descanso por miedo a que Robert vuelva a gritar desde su habitación y no tenga nada con qué calmar su dolor.

***

Tardé aproximadamente un año y medio en escribir y terminar la primera parte de Praemortis. Fue el libro que más me costó crear de los tres, pero al fin, hacia febrero de 2010 preparaba la sinopsis para enviársela a la editorial Thomas Nelson, que terminó aceptando la propuesta meses después, y lanzando Praemortis I. Dioses de carne al año siguiente. 

Y así, de una forma muy resumida, es como surgió todo. ¿Qué os parece? Esta es la magia de la creación de una historia. En muchas ocasionas, ni yo mismo soy capaz de explicarla.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre apegados a la realidad, como de cosas simples se crean obras increíbles. FM