Entre las críticas positivas que ha recibido La Costilla de Caín he encontrado que la mayoría de usuarios coinciden en dos cosas: el estilo de la narración (me alegra comprobar que cada vez escribo mejor) y los personajes.
La creación de personajes acordes a la historia es algo que siempre me ha preocupado. Cada relato debe estar protagonizado por un tipo de personajes concreto. En La Costilla de Caín, me preocupé de que sus protagonistas fueran todos muy distintos y encuadrados dentro del género de fantasía; esto es, que se salieran de los cánones de lo ordinario. Debían ser únicos, héroes en sí mismos, diferentes a sus compañeros y provistos de habilidades excepcionales.
En este sentido, ya comenté en esta entrada cómo eran los personajes de la novela y la influencia que recibían de los juegos de rol. Pero además de lo que ya escribí, tengo que decir que el grupo de los cuatro principales (Baldinger, Raúl, Dantas y Sybil) se corresponde con un equipo de aventureros canónico, típico de los relatos de fantasía. De tal modo que Baldinger sería el guerrero, Raúl el pícaro, Dantas el clérigo y Sybil la hechicera. El escenario ha cambiado, pero los arquetipos siguen siendo los mismos.
Esta entrada está dedicada a los personajes de La Costilla de Caín. Pero no quiero ser yo quien hable de ellos. Dejaré que la narración se exprese por sí misma, y que sean descritos por la propia novela.
Prof. John M. Baldinger. Biólogo
"Aguardaba, como digo, junto a la farola, cuando se me acercó un hombre al que eché unos sesenta años al primer vistazo, pero que luego resultó contar cincuenta y cuatro. Era fácil equivocarse, ya que todo su pelo había encanecido, incluido el de la barba y bigote que se dejaba crecer. Vestía traje de tweed gris, chaleco, mocasines y sombrero de ala. Llevaba bastón, aunque no lo utilizaba para apoyarse. Era al menos un palmo más bajo que yo, y a pesar de todo su apariencia me hizo sentir pequeño. En cuanto llegó a mi altura se detuvo, me miró fijamente a los ojos y distendió sus labios en una sonrisa. Entonces vi que todos los dientes eran suyos, naturales y bien limpios. Aquello me convenció de que se había parado frente a mí alguien adinerado".
"El
profesor Baldinger tenía siempre una forma peculiar de hacer las
cosas. Mi primera impresión fue la de haber conocido a un hombre
reservado, y no fue sino hasta tiempo después de entrar a su
servicio que comprendí la verdadera causa por la que se guardaba
tanta información para sí. En realidad, Baldinger no escondía
secretos, sino que tenía una curiosa habilidad para aplazar la
información sobre cualquier tema hasta el preciso momento en el que
ésta necesitara ser declarada. Sólo tras muchos ejemplos logré
entender que el profesor disfrutaba de esta suerte de intuición. A
veces, cuando se le preguntaba, respondía de inmediato, pues su
cerebro resolvía que era el mejor momento para hacerlo; pero en
cambio otras se guardaba lo que sabía hasta que los acontecimientos
le mostraban el instante más acertado".
"En
ese momento, Baldinger hizo un gesto que sólo le había visto
realizar en un par de ocasiones hasta la fecha, pero muy
característico en él. Ocurría que cuando se hallaba totalmente
concentrado perdía todo contacto con la realidad. Era como si su
voluntad hubiera viajado a un lugar diferente, de tal forma que ya no
percibía a la gente que le rodeaba, ni escuchaba los comentarios que
le dirigían. En ese instante, Baldinger, como si dispusiera de una
pizarra imaginaria, y con su índice a modo de tiza, comenzaba a
escribir en el aire, a tomar apuntes mentales o a consultar los que
ya tenía almacenados en su memoria. Únicamente cuando había
encontrado lo que buscaba salía de aquel ensimismamiento y regresaba
al mundo real".
Padre Paulo Dantas. Sacerdote
"Al
otro lado, y apuntándome con una escopeta de dos cañones, descubrí
a un hombre que debía medir metro noventa de estatura. Era de
constitución robusta, pero su rostro dejaba ver un carácter
preclaro gracias a una adecuada combinación de rasgos: frente
despejada, mirada firme de ojos profundos, mandíbula recia y pelo
encanecido. No obstante, lo que realmente me sorprendió fue que el
individuo que apuntaba a mi sien vestía ni más ni menos que un
atuendo de sacerdote".
"Tengo
tantas preguntas, Raúl, y no puedo responder a ninguna, porque
tampoco Dios me responde. Lo único que he sacado en claro, después
de meses de lucha y de meditación, es que la Providencia tiene una
manera particular de hacer las cosas, que nosotros, con demasiada
frecuencia, no sólo no comprendemos, sino que hasta rechazamos. No
obstante, el mundo parece configurado de este modo. Únicamente nos
queda luchar por lo que creemos correcto, tener esperanza de cumplir
nuestros objetivos y rezar para que Dios opine de igual manera".
Sybil Joyner. Investigadora
"Entonces
hizo acto de aparición en el café una mujer de unos veinticinco
años. Vestía un levitón verde semientallado, sombrero casquete,
boa de marta y guantes de terciopelo blanco. Caminó a paso vivo
hacia nuestra mesa, se sentó sin pedir permiso y se quitó el
sombrero como si le quemara la cabeza. Entonces me lanzó una mirada
en la que chisporroteaba la ira; de ojos felinos, grandes y
perfilados, coronados por unas cejas altas y muy finas. Su nariz
respingona se movió arriba y abajo en una fracción de segundo, como
estuviera a punto de estornudar; pero en lugar de hacerlo, la mujer
dijo...".
"Mi
compañera sabía cómo ser una dama, pero no quería. Su don era el
causante de todo. Una habilidad sorprendente y al mismo tiempo un
yugo difícil de sobrellevar. Percibir las intenciones de cuantos la
rodeaban, adivinar el constante deseo de los hombres y la envidia de
las mujeres había trastocado su carácter. Estaba de vuelta de todo,
cansada de saber cómo eran las personas en realidad; harta de las
mentiras y las apariencias; y sin embargo, al verla conversar con las
otras mujeres tan rebosante de cortesía, gracia y buenas formas,
presentí que ella, en realidad, no deseaba defenderse tras una
personalidad tan arisca como la que siempre mostraba".
Raúl Sibeud. Actor de teatro fracasado y pícaro
"El
universo, Dios, la casualidad o la natural evolución quisieron
dotarme a mis veintiocho años con un físico atrayente para las
damas, un rostro varonil y una habilidad innata para la seducción.
Era un hombre espigado, de más de metro ochenta de altura, pero por
debajo del metro noventa. Me dejaba crecer barba y bigote, que lucía
en una proporción ni demasiado espesa ni demasiado rala. En lo que
respecta al peinado, no le daba demasiada importancia a llevar la
raya a un lado o al otro, sino que me decantaba por ofrecer cierto
descuido que, contrario a lo que pudiera esperarse, agradaba más que
disgustar. Mi rostro ha cambiado escasamente durante el transcurso de
los años: cabeza alargada, párpados ligeramente caídos, nariz
chata pero no excesivamente grande y boca proporcionada, con un labio
superior más fino que el inferior, y oculto tras el bigote. No había
–ni hay— ningún rasgo en mi apariencia que destacara por encima
de otro, sino que la adecuada ordenación de todos, junto al tono
sosegado de mi voz, consiguieron facilitarme una progresiva
transformación hacia el oficio de Don Juan, y de este modo me
especialicé en engatusar viudas, solteras y hasta casadas. Juraba
amores, fidelidad eterna, viajes alejados de la rutina, aventuras
lujuriosas… y entretanto me llenaba el estómago, dormía caliente
y hasta me permitía algún que otro capricho económico".
4 comentarios:
No quiero parecer demasiado condescendiente, pero me ha encantado este blog.
El personaje Raúl Sibeud, eres tu?
o se parece a tí?. Bueno, anoche leí tu libro de principio a fin. Me pareció muy interesante el género, si he de confesarme diria que: No leo libros que no sean esacritos en papel, con olor a tinta, con el deseo de ser la primera que rompa el papel que lo cubre y sentir el sonido de como cuando abres una tableta del mejor chocolate y te preparas a degustarlo. Asi es que le pedi a mi prima Katie, quien es Historiadora y se lo lee todo, y tiene cuenta en Amazon, que lo pidiera por mí. Mientras ella se iba por una cerveza hobgoblin, preparandose para su proximo viaje a Edimburgo, donde hará una Maestria, yo le pedí su Kindle y me dispuse a pasar el isomnio de la mejor forma posible.
Me he quedado encantada. La experiencia fue placentera y no vi motivo para asustarme como me prometiste ayer. Aunque despues de lo pasado en mi extraña mañana, nada me asusta ya. Bueno, seguiré con tus otras publicaciones, porque cuando el bichito pica, pues pica!Por otra parte, me parece muy buena idea haber cambiado tu imagen (no se si asesorado, que es lo que se estila hoy), para vender mejor tus libros, en especial si los publican "en papel", y pones tu foto en la contratapa, eso pega mucho. En especial entre las mujeres de 30 para arriba, jeje. No me incluyo, porque apenas cumplí los 24 en mayo. Bien, ya se que hablo mucho. Pero no puedo evitarlo. Tambien opino mucho por la misma razón. Y mis amigos en la red tambien son muuuchoooo mayores que yo, tal vez porque opino sin ponerme un candado. Aunque en México eso deberia asustarme. no? Porque dices Indie? eres indie? bueno, al menos tu ultima foto (será retocada para que te veas de rostro muy liso y sin asomo de barba mal cortada?)no lo parece.
Pero cuando tu eres tu? o cuando haces teatro? Well, well. peut-être que vous aimez aussi être mystérieux? Vous ne serez pas plus hipster? Utilisant des lunettes à monture d'écaille?bueno, todo sea por ser unico e inigualabre. Mi pronostico y muy pocas veces me equivoco. Seras uno grande de la Literatura, en cualquier genero, se te dan muy bien las letras. Felicidades. No cambies mucho, uno es el marketing y venderse por un plato de lentejas y otro conservar tu propio yo, intocable, de una sola línea. Como debe ser, integro. Bye. Un abrazo.
Me alegra que te gustara. Mari Carmen. Todo el mundo me pregunta si Raúl tiene una parte de mí. Sí que la hay, pero poca. Menos de la que la gente se espera.
Por otro lado, si ne vas a seguir leyendo, te recomiendo "La zarza de tres espinas" (novela histórica) o "Praemortis" (Ciencia Ficción). Son más caras, porque salieron con editorial, pero creo que también hice un buen trabajo con eso.
Espero que tengas razón, y que triunfe en la literatura, al final. O en guión, o en teatro... jajaja.
Seguro que si. Triunfaras, lo dicen las hojas de té, el barro del café, o las lineas de tu mano, jeje.Gracias por tu consejo, buscaré los libros aqui en México, sino los encargo a mi prima que ya se va el proximo mes y espero visitarla para su cumple en agosto. Si estas en Teatro, te iremos a aplaudir a rabiar, asi te vas a dar cuenta que somos nosotras.
Bueno, hablando en serio, uno de mis géneros preferidos es la novela histórica, no mucho la ficción, pero las leeré con gusto.
Actuas tambien en la obra o eres el guionista? o ambas?
Tu sigues a Mercedes Pinto? ya viste que hemos llegado a un acuerdo de criticar directamente a Amazon? Bueno al menos yo lo haré porque eso es lo que hago siempre, hasta conseguir algo. Firmas para que no haya animales en los Circos, leyes para protección a los animales,leyes sobre el aborto, etc. Hoy conseguimos lo de Chiguagua y mañana a las 10 van a firmar otra ley en el D.F.
Voy a ver que conseguimos en Amazon. Sin promesas porque es una Multinacional y su interés es logicamente el dinero.
Bueno,éxito y hasta pronto.
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