La dichosa carrera.

Hoy he tenido un examen. Literatura del siglo XV, una de las 4 asignaturas que me quedan para terminar la carrera.

El final, aunque cercano, parece todavía lejos de mi alcance. Las asignaturas que me quedan son, con mucho, las más complicadas de una carrera por la que perdí interés hace dos cursos.

Es cierto, no me interesa aquello en lo que estoy a punto de licenciarme. La cruda realidad es que he comprobado que la Filología Hispánica no ha cumplido lo que esperaba de ella: no ha logrado formarme como escritor. En realidad, sí he crecido en ese aspecto, pero ha sido gracias a los cientos de lecturas que he tenido que hacer desde el primer curso... algo que podría haber hecho por mi cuenta.

Para colmo -y lo digo a las claras- he comprobado la inutilidad de una buena parte del profesorado para impartir clase. No critico su nivel académico, pero sí su habilidad para transmitir conocimientos a los alumnos; nula, en algunos casos; y hasta negativa, en otros.

Precisamente, mi profesor de Literatura del siglo XV es uno de ellos. Un personaje que exuda una más que patente falta de interés por su trabajo, pero conformado por los beneficios que debe reportarle (¿sueldo?).

Espero, al menos, quitármelo de encima.
¿Alguien más desea quejarse de su azarosa vida como alumno?

1 comentario:

Acuática dijo...

Sí, yo también estoy ya hasta el culete de mi carrera... Estoy como loca por terminarla, pero teleco no se deja aprobar así como así. En cuanto a profesores, los he tenido muy buenos y también muy malos. También los ha habido amables o súper irrespetuosos. Pero bueno, hay que toparse con todo tipo de personas en la vida, para formar bien tu personalidad y darte cuenta de cómo no quieres llegar a ser... ¡Ánimo con esas cuatro asignaturas! A mí, aún me quedan 13...
Besos!