Praemortis. El universo lejos de Dios.

Praemortis II. Descenso cada vez está más cerca de su publicación. A partir de abril ya podrá adquirirse en México y Estados Unidos, y en mayo estará disponible para el resto de Hispanoamérica y España. Pronto, los seguidores de esta trilogía tendrán la oportunidad de regresar a la ciudad de Pináculo, a sus calles superpobladas, oscuras y húmedas por la lluvia. Podrán pasearse junto a los miembros de la corporación Praemortis y volverán a sentir el tenebroso recuerdo del Bríaro.

Sobre el universo de Praemortis he recibido muchas impresiones, la mayoría, afortunadamente, buenas. Los lectores han comprendido qué tipo de mundo narran sus páginas, pero he comprobado que este universo no es recomendable para almas sensibles. He recibido testimonios de personas para quienes la oscuridad de Pináculo y la constante sensación de claustrofobia es superior a ellos. "¿Por qué has escrito una novela así?" Me han preguntado en alguna que otra ocasión. Bien, la respuesta es sencilla: no había otro modo.

Y es que Praemortis no es sólo una novela de acción. Toda la trama está cargada de una fuerte trascendencia, porque muestra un mundo alejado de la moralidad, de la humanidad. Sus personajes son ambiciosos, corruptos y violentos; están a punto de sucumbir a la locura, o directamente se han entregado en brazos de la maldad más visceral. Todo lo que albergan las páginas de Praemortis se halla podrido, es la Sodoma y Gomorra de un futuro distante.

Sin embargo, Praemortis es mucho más que eso. La sociedad que se describe se ha condenado a sí misma, se halla al borde del olvido, de la extinción, pero todavía puede dar marcha atrás, enmendar sus errores, saltar hacia una salvación, antes de que todo termine desmoronándose bajo sus pies. En mitad de tanta oscuridad, Praemortis deja ver una luz, un hálito de esperanza. Todavía hay una oportunidad de recuperar un ápice de bondad, aunque, tal vez, aquellos que lo intenten terminen perdiendo la vida.

Si supierais que vuestro destino está marcado, que, al morir, vuestra conciencia despertará en un mar en el que hallaréis un tormento que jamás será sofocado. Si estuvierais completamente seguros de que eso es lo que os va a suceder, porque, de hecho, lo habéis visto con vuestros propios ojos, ¿cómo viviríais vuestra vida? ¿Y si una corporación os asegurara que puede cambiar vuestro destino eterno, pidiéndoos únicamente que trabajaseis para comprar vuestra salvación? ¿Qué haríais? Más aún, ¿y si, además, hubierais escuchado que la salvación que promete la corporación es una falacia?, ¿que no hay salvación posible... o que sí la hay, pero que exige un sacrificio que se aleja de todo lo que habíais escuchado hasta el momento?

Si habéis pensado cuál sería vuestra postura, bienvenidos, ya os encontráis dentro de Praemortis.

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