En esta ocasión el autor se vale de los mismos personajes de su primera novela: Ulises, Cassie y el profesor Castillo, y los lleva en busca de la que, para sorpresa de todos, es ni más ni menos que la hija de nuestro recatado profesor. Ésta ha desaparecido en mitad de la selva del Amazonas, dejando poco más que una pobre pista sobre su paradero. De este modo, los tres personajes se pondrán en marcha iniciando una aventura en la que valdrán más sus habilidades de supervivencia que el equipamiento, y donde, para su sorpresa, descubrirán que la selva esconde un secreto totalmente inconcebible: la ubicación de una monumental ciudad antigua; una ciudad que parece abandonada, pero que no lo está...
Para el desarrollo de su novela, Gamboa se vale de capítulos breves con los que se agiliza la historia con un estilo que huye de la densidad para favorecer la acción sobre la descripción. En lo que concierne a los personajes, se nota que el autor ya lleva andado un largo recorrido junto a ellos. Cada uno tiene un carácter bien definido; les avala una historia detrás y el cariño del escritor. Todo ello da como resultado que se encuentren bien construidos y que consigan no sólo conectar con el lector, sino transmitirle cada una de las emociones que ellos sienten. Además, Gamboa ha logrado que, como bien advierte en la descripción de Amazon, no sea necesario haberse leído la novela anterior. En ésta se comprende por qué los personajes pueden estar enfadados los unos con los otros, porque queda todo explicado, de modo que si no venís desde La última cripta, no pasa absolutamente nada.
Lo mejor: Lo que sin duda destaca en esta novela es que parece que el autor conoce de primera mano de lo que habla. Los términos sobre submarinismo y navegación que utiliza Ulises dan la sensación de ser transmitidos desde la boca del propio Gamboa, como si el personaje fuera un alter ego del autor. Pero mejor aún es la descripción de la selva. El entorno, el clima y las situaciones en las que se ven envueltos los personajes parecen descritas desde la perspectiva de alguien que ha visitado un clima semejante, que ha caminado entre la abundante vegetación, ha sentido los mosquitos y ha grabado en su memoria toda la barahúnda de aves, ranas, monos y demás criaturas. Resulta especialmente relevante el capítulo sobre el viaje en barco y los escarabajos; no es más que una mera anécdota introducida en la historia, y precisamente por ello da la sensación de haber sido vivida en primera persona.
Lo peor: La novela tiene algunas erratas que a cualquier escritor se le pueden pasar por alto. Por otro lado, hay comas donde sería preferible que no estuvieran y faltan donde tendrían que estar. El autor también hace un uso demasiado frecuente -para mi gusto- de la conjunción "y".
Defectillos todos absolutamente desdeñables, y que si uno no es un tiquismiquis (como es el caso de un servidor) pasan desapercibidos bajo la historia.
En conclusión, nos encontramos frente a una novela que entretiene, que consigue generar las ganas de leer, de evadirse del mundo y acompañar a los personajes en su recorrido a través de la selva. Si os apetece leer una buena aventura, ésta es vuestra elección.
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