Praemortis III

Ayer, a eso de las ocho de la tarde, coloqué el punto y final a Praemortis III, la trilogía de ciencia ficción ambientada en un universo en el que todo el mundo ha visto qué sucederá cuando muera.
Comencé a idear este mundo hace casi diez años, pero comencé a escribirlo más o menos en 2009, después de que publicaran La vidriera carmesí
Escribir cada una de las partes ha resultado todo un desafío, y me ha aportado cosas distintas. Cuatro años después, con este punto y final a la tercera parte, puedo decir que he finalizado una etapa en mi carrera, y que inicio otra, que ya se vislumbraba con la novela La zarza de tres espinas.

Esta mañana quiero regalaros un extracto de Praemortis III. La novela comienza con la primera parte de una carta escrita por el profesor Alfred Jabari, el alma intelectual de los Cuervos. No obstante, si os falta por leer alguna de las dos partes anteriores (o las dos), recomiendo que no le echéis un vistazo, porque habla sobre detalles explicados en las otras novelas. 

Si os interesa el mundo de Praemortis, podéis echar un vistazo a la sección dedicada en mi página web o en el enlace a la trilogía que hay desde el blog. Ambas pestañas podéis encontrarlas en la parte superior.
También podéis leer algo de la primera y segunda parte pinchando en este enlace.

Que lo disfrutéis. 
Nos vemos en Pináculo.

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Vivimos los últimos días de nuestro mundo. La luz fue la primera en marcharse, anunciando el final. Con ella desapareció el calor. Ahora nieva casi todos los días.
Pináculo se ha transformado en el oscuro reflejo de un recuerdo que me parece demasiado lejano para reproducirlo con claridad. Es curioso cómo olvidamos imágenes del pasado que nos resultan triviales. Me resulta complicado encontrar las sensaciones que me invadían al contemplar un amanecer. Descubrir el cielo pintado de lapislázuli, y en el horizonte el perfil del sol clareando el Apsus. Parece que hace tanto de todo aquello…
Sé que es imposible regresar. No podemos desandar el sendero por el que toda vida transita. Estamos aquí, dispuestos a presenciar el fin de los tiempos; y aunque en ocasiones pierda el aliento vencido por el terror, también disfruto instantes de orgullo, pues seré yo, entre millones de conciencias, quien tenga el placer de observar cómo nuestro mundo se deshace en el infinito. Las expectativas de un acontecimiento tan excelente me llenan con un orgullo que se antepone a cualquier temor.
El praemortis nos descubrió una existencia más allá de este mundo. La realidad de una conciencia eterna, proyectada al otro lado de la frontera de lo carnal. Nos dio un destino con dos rumbos posibles: una condena y una salvación. No sabemos por qué el universo está configurado de este modo, pero no importa. Los torbellinos esperan al otro lado, ansiosos por que todo acabe para conducirnos a una orilla u otra.
Nos encontramos involucrados en una pelea por alcanzar la mejor de ambas metas. Queremos obtener la salvación, vernos transportados sobre los vientos del buen torbellino y descender a una tierra de sosiego. En ella olvidaremos el pasado de terror que hoy nos castiga. Quedarán atrás el Bríaro y el Mar de Almas. Y cuando al fin estemos a salvo no volveremos a acordarnos de lo mucho que peleamos, de lo mucho que sacrificamos para lograr el triunfo, porque al fin habremos alcanzado la paz.
Me siento desconcertado. Sé que sufrimos por evitar el tormento, pero desconozco cómo vamos a lograr un objetivo que parece tan lejos de nuestro alcance. Lo único de lo que estoy seguro es que debemos continuar sin perder la esperanza, confiando en nuestros propios ánimos, en las escasas fuerzas que nos restan.
Queda muy poco para que el futuro quede decidido. Redacto estos pensamientos en una carta que nadie leerá, que volará sobre las olas de un olvido perpetuo. Lo hago para desahogarme, para tomar conciencia de lo que nos aguarda. Marchamos a una batalla, la última que presenciarán estos tiempos, guiados por el empuje de una esperanza: Leandra Veldecker

Carta del profesor Alfred Jabari
Hoja 3 de 4

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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Miguel Angel, como has estado. Ocupado avanzando con la nueva novela me imagino. Siento molestar dos segundos con esto, pero estoy leyendo Praemortis II a cuanta gota porque se que cuando la acabe debo empezar la III en ese instante como hice con la I y II. Tal vez tienes alguna idea o fecha de cuando saldrá el libro III. Claro recién hace casi dos meses acabaste de escribir, ahora la edición y toda la formalidad, hasta que salga, será este año??? Estoy enamorada de la trilogía aunque a ratos me hace llorar, pero espero que salga pronto la III. Saludos y suerte con el nuevo proyecto histórico. Att. Fer M.

PS: Los libros que compre en Amazon, La Zarza de Tres Espinas y La Vidriera Carmesí, aun no me llegan :( también has tenido Los Peones Ciegos. Voy a ver si lo pido también.

Unknown dijo...

Me gustaría publicar la III parte lo antes posible, aunque esta vez me temo que sólo será en formato digital. Me alegra que estés disfrutando las dos anteriores.

Miguel Quintero (Owirúame) dijo...

Saludos Miguel Ángel, esperamos la tercera entrega aunque sea en formato digital solamente, por supuesto que nos hubiera encantado contar con la trilogía completa entre los tomos de nuestra biblioteca, pero, terminar la historia (y compartirla con otros) será un placer. Gracias.

Anónimo dijo...

Espero que de verdad de verdad se pueda el libro también, sería lo mejor el poder verlos a los tres juntos. Esperemos que si de verdad. Y ya que es digital sería lindo ver a los personajes como tu los imaginaste tan perfectos en imagenes. Gracias por compratir estas historias.